viernes, 9 de enero de 2015

The End of an Era

A veces temo que aquello que clamábamos como algo eterno no sea tan eterno e irrompible como pensábamos. A veces me preocupa que aquello que más temía, mis peores pesadillas, se vuelvan realidad. Y es que tengo la sensación de que me estoy quedando atrás. O a lo mejor es solo que yo camino demasiado deprisa y sois vosotras las que os quedáis atrás, en vez de acompañarme, hombro con hombro, como era antes. Y juro que intento aflojar el paso, que intento caminar a vuestro ritmo, pero siento que cada vez vais más y más lento, alejándoos de mí poco a poco, pero yo quiero ir rápido, más rápido, muchísimo más rápido, quiero correr, quiero trotar, quiero volar, sentir el viento en mi cara, que la ropa me azote el cuerpo al contacto con el viento y este me descoloqué el pelo cuando pase a toda velocidad. Pero no puedo, no se me permite, no me dejáis, me tiráis del brazo, sin dejarme volar, pero sin permitirme tampoco ir a vuestro lado, y siento que me ahogo. Siento que me estáis ahogando cada vez más. Y yo ya no puedo seguir así. Poco a poco voy desapareciendo, haciéndome más y más pequeñita, hasta que ya no quede nada de mí, solo un ligero polvo que el viento se llevará consigo. Pero... ¿lo notaréis entonces? ¿Me dejaréis ir?  ¿O seguiréis tirando de la cadena que me aprieta el cuello? ¿Me echaréis de menos? ¿O sólo seré solo un capítulo más en vuestra historia a medio escribir en la que parece que ya no queda ningún papel para mí?

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