miércoles, 24 de abril de 2013

¿Por qué?

       Osea, de verdad, ¿por qué? ¿por qué me pasa todo a mi? ¿Por qué tengo que ser tan torpe? ¿Por qué no puedo tener unas piernas bonitas en vez de estas dos acumulaciones de heridas y moratones? ¿Por qué soy incapaz de coger una pelota en el aire sin que esta me golpee la cara o me disloque un dedo? ¿Por qué?
       Todo el mundo se ríe, porque en gimnasia siempre me pasa algo, y es como si esperaran, no, como si desearan que me pase algo. Es como cuando en una película que ves por primera vez y sabes exactamente lo que va a pasar a continuación. No sabes que va a pasar, pero estás a la expectativa de que ocurra, al acecho, deseando que ocurra. Pues así es más o menos mi vida, todo el mundo acechando mi próxima caída, como buitres volando en círculo esperando a la muerte de su exhausta presa.
      Pues estoy muy harta de esto, no lo hago aposta, no soy masoquista, no, ocurre sin querer, porque soy muy torpe y me tropiezo hasta con mis propios pies. Ojalá fuera una chica ágil y mañosa que es buena en los deportes y que no se suele caer... Ojalá

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