Soy de esas románticas empedernidas.
De esas a las que un ramo de flores imprevistos le emocionan.
De las que un beso robado le enamora.
De las que un buen libro le hace pensar, le hace divagar, le hace soñar.
Soy de las que quiere un amor de película.
Un amor de libro.
Un amor de los que hacen historia.
De las que quiere que juguemos juntos a videojuegos.
Que leamos juntos tumbados en un sofá en una oscura tarde lluviosa.
Que me abraces cuando me siento triste porque sabes que lo necesito.
Que te acurruques a mi lado y no me digas nada, solo me reconfortes con tu presencia.
Que me beses suavemente el cuello y tal vez lleguemos a más.
Que me hagas regalos porque te apetezca, no porque sea una fecha señalada, porque ten claro que yo lo haré.
Que me quieras con toda tu alma y todo tu corazón.
Que yo sea tu musa y tu mi inspiración.
Que me beses hasta quedarme dormida.
Que sea tu única y tu mi único.
Sella mis labios con los tuyos.
Hazme sentir querida.
Hazme sentir guapa día a día.
Hazme sentir mujer.
Probablemente pido mucho y por eso estoy sola. Pero no me importa. La paciencia es una de mis virtudes. Te esperaré aquí sentada, con un libro sobre los muslos, dejando divagar mi imaginación, preguntándome como serás, cuando llegarás. Porque sé que llegarás. Puede que no hoy, puede que no mañana, pero algún día. Y ese día me encontrarás aquí, sentada en mi trono con los brazos abiertos, la corona ladeada y una sonrisa de enamorada escapándose entre las comisuras de mis labios.
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