lunes, 6 de enero de 2014

Amor... ¿Eso se come?

Amor. ¿Qué significa realmente la palabra amor? Amor es una palabra derivada del latín amor, amoris que, según la RAE, es un sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
Y pregunto yo, ¿nos basta con esa definición para entenderlo? Creo que no.
El amor es algo que escapa de nuestra comprensión. ¿Acaso sabemos con exactitud que son esas mariposas que notamos en el estómago cuando vamos a encontrarnos con él/ella? ¿Y ese lío que existe en nuestra cabeza al pensar en esa persona? ¿Y el vacío en el pecho cuando ya no está, cuando le has perdido?
 Según claman muchos: por amor se cometen muchas locuras. Y esto es cierto, ya que muchos hacemos lo que sea por la persona amada, incluso aunque sea una locura o algo completamente incorrecto, algo impensable. ¿Pero acaso dudamos en subirnos a una montaña rusa si él nos lo pide? ¿O en ir a ver una película de Disney de princesas si nos lo pide ella? ¿O no odiaríamos a esas personas que le han hecho mal alguna vez a nuestra pareja? Simplemente es algo irracional, algo ilógico, algo que no podemos comprender.
 ¿Y qué ocurre si descubres que esa persona a la que amas con locura, por la que harías lo que fuera, a la que quieres tanto que duele, resulta no ser el príncipe o la princesa que en un principio habías creído que era? Dolor, tristeza y sufrimiento. Días enteros de llantos, helado, chocolate y películas ñoñas y música triste. Días de melancolía y de darte cuenta de que todo te hace recordarle, de que tu alrededor es un constante recuerdo de lo que tuviste y que jamás será tuyo de nuevo. Y todo esto es culpa de Disney y las comedias románticas. Por su culpa nos hemos dedicado ha idealizar las relaciones de forma que creemos que siempre va a ser todo perfecto, que nunca habrá discusiones y que de ninguna forma tu príncipe saldrá rana. Pero desgraciadamente estas cosas ocurren, y esa persona no va a ir corriendo al aeropuerto a detener tu huída a otro país, no va a recorrer la ciudad para que tú no te alejes de él/ella, no va a parar toda la actividad del aeropuerto para que tú no te vayas y así poder decirte lo mucho que te ama, lo equivocado/a que estaba cuando te dejó y que te cases con él/ella, que la vida sin ti no merece la pena y que todo irá bien a partir de ahora. No queridos pricipes y queridas princesas, estas cosas no van a ocurrir. Así que dejad de llorar y de hacer un drama y continuad con vuestras vidas como antes. Dejad de besar sapos que no se van a convertir en príncipes (o princesas, nunca se sabe). Dejad de esperar por ese zapato de cristal que os convertirá en princesas. Dejad de esperar por un destino que no va a hacer las cosas por vosotros y comenzad a vivir vuestra propia vida y a tomar las decisiones que os guiarán en este largo viaje lleno de aventuras que es la vida, ya que sois vosotros mismos los que creáis vuestro propio destino.