sábado, 11 de noviembre de 2017

A veces me despierto nostálgica...

Todavía recuerdo lo que era tener 5, 6, 7, 8, 9 años, puede que hasta menos todavía, y despertarme temprano un sábado para ir al salón, encender la tele y poner lo que en aquel momento llamaba "dibujitos". Recuerdo el silencio de mi casa bañada por la luz de la mañana, como cerraba la puerta para no despertar al resto y perderme en las mil aventuras que aquellos personajes vivían frente a mí, deseosa de saber en que nuevos líos se habían metido esta vez. Recuerdo ver animes como Wolf Rain, Dragon Ball, Oliver y Benji o incluso la increíble Naruto. Sin embargo, entre todos ellos uno destacaba especialmente, uno que robo mi corazón desde la primera vez que tuve la suerte de verlo, y ese resulta ser One Piece. Recuerdo reír sin parar con las locuras de Luffy y desesperarme cuando las cosas no parecían ir bien para los sombrero de paja. Es curioso como, a día de hoy, casi 20 años más tarde aún sigo disfrutando de la maravilla que es One Piece. A lo largo de todos estos años, miles de animes han venido y se han ido, pero One Piece ha seguido ahí, siempre a mi lado, y por supuesto que sé que esto no va a ser así para siempre, que algún día, como todo lo bueno de este mundo, acabará. A pesar de esto, sigo disfrutando de lo que tiene que mostrarme semana a semana. A lo largo de todos estos años he reído y he llorado con One Piece, sintiendo todo lo que Oda ha querido que yo sintiera y, desde aquí, desde esta pequeña isla llamada Gran Canaria, quiero decirle que muchas gracias. Muchas gracias por todo lo que nos has dado Oda, gracias por todos estos momentos tan maravillosos que he podido compartir con Luffy y los Sombrero de Paja, me siento inmensamente agradecida por ser una de esas niñas que pudo crecer junto a Luffy y pudo soñar, al menos mientras la vida se lo permitió, con luchar junto al próximo Rey de los Piratas.


domingo, 15 de octubre de 2017

Si mañana muero

Desde que era muy pequeña, siempre he tenido un gran miedo a la muerte. Me asusta pensar que un día cerraré los ojos para nunca más volver a abrirlos, que nunca más voy a poder volver a ver esta maravilla de mundo en el que nos ha tocado vivir, que nunca más voy a oler el aroma de una flor, que nunca más voy a poder probar una de las deliciosas comidas que prepara mi madre y que me gustan tanto, que no voy a poder escuchar más mi canción favorita o como mi padre cuenta una de esas historias de su juventud que tanto me apasionan, que jamás podré volver a leer un libro o abrazar a alguien que quiero, que nunca más voy a volver a existir. Sí, es cierto, me aterra. Pero a la vez se que es algo por lo que tarde o temprano voy a tener que pasar, aquello que hace nuestra efímera vida humana tan sumamente increíble. La muerte es irremediable y muchas veces aparece en el momento que menos lo esperamos. Por eso creo que muchas veces se nos quedan cosas atrás que queremos decir y nunca decimos, porque nuestra existencia se ha acabado y nunca volverá, y no quiero que eso me pase a mí.
Si muero mañana, quiero que mis padres sepan lo mucho que les quiero. Sé que esto es algo que digo muy a menudo, pero es una de esas cosas que, en mi opinión, nunca se dicen las suficientes veces. Mis padres son mi tesoro, esas personas que pase lo que pase sé que están ahí, cuidándome y queriéndome. Ellos son mi modelo, aquellos a los que más admiro, pues pudieron salir adelante en un momento en el que la vida no era fácil, y nos trajeron al mundo a mi hermano y a mí, dando toda su vida por criarnos y cuidarnos. Yo no estaría aquí sino fuera por ellos, yo no sería la persona que soy sin ellos, y sinceramente, a pesar de los defectos que pueda parecer que tiene nuestra familia, no la cambiaría por otra. Puede que a veces discutamos, y que luego vengan los gritos, las lágrimas y los portazos, pero esos pequeños momentos de tormenta son los que hacen los momentos de calma tan maravillosos, porque, a pesar de los rayos y los truenos, la luz del sol nunca nos abandona, y el amor de mis padres es para mí tan importante como la luz del sol.
Si muero mañana, quiero que mi hermano sepa que le adoro. Nuestra relación ha sido un tanto rocosa, como la de muchos hermanos alrededor del mundo. Nuestros temperamentos son demasiado diferentes, y por eso chocamos mucho, pero eso no hace que le quiera menos. Puede que nunca le haya dicho que le quiero, al menos no en serio, porque me da un poco de vergüenza decirle cosas así, pero le quiero con locura y nunca dejaré de quererle. En ocasiones me he sentido intimidada, ya que siempre me ha parecido que él siempre ha tenido lo que yo no tengo, don de gentes, tenacidad y fuerza de voluntad, muchísima fuerza de voluntad, él jamás se derrumbó en las ocasiones en las que yo no habría dado un duro por mí misma si hubiera sido él. Mentiría si dijera que nunca me he sentido inferior a su lado, pero yo sé que él nunca pensaría así de mí, ya que es una persona maravillosa (aunque a veces me cueste verlo), y por eso siempre le he admirado, porque él es capaz de ver el éxito donde yo solo veo fracaso, él es la persona que yo aspiro a ser algún día.
Si mañana muero, quiero que mis amigas sepan que son muy importantes para mí. Sé que en algunas ocasiones no me he portado como debería haberlo hecho, y sé que no siempre soy la buena amiga que debería ser, que aveces soy un poco egoísta y hiero vuestros sentimientos, pero estoy intentando mejorar. No quiero poner excusas, porque no sería del todo verdad y solo me estaría escudando en ellas, y vosotras os merecéis mucho más que eso. Todas vosotras, con vuestras distintas formas de ser, de ver la vida, de quererme a vuestra manera, todas vosotras me habéis cambiado, ya no soy la misma que era antes, hace un año, ayer, soy una nueva y mejorada Marta, una Marta que aún tiene un largo camino hasta convertirse en la mejor versión de sí misma, pero una Marta mucho mejor de lo que era. No me gusta mucho ponerme ñoña, pero a veces me parece necesario, y creo que esta ocasión, y vosotras, lo merece, así que sí, va por vosotras, os quiero.
Si mañana muero, quiero decirle a todas esas personas que han estado en mi vida y me han hecho mejor como persona, es decir profesores y entrenadores, antiguos amigos y conocidos que me apoyaron en algún momento de mi vida, que muchísimas gracias. A lo mejor vuestra presencia en mi vida fue fugaz, o a lo mejor duró un largo tiempo, pero habéis dejado huella en mí y me habéis
ayudado a crecer, y por eso os estoy eternamente agradecida.
Por último, si mañana muero, quiero decirle a toda esa gente que me odia, a todos los que han intentado hundirme, a todos ellos que fueron mis amigos y me dieron la espalda, muchas gracias. Durante un tiempo sufrí, me hicisteis daño, sí, muchísimo daño, pero ese daño también me ayudó a crecer, a seguir hacia delante, a convertirme en una mejor persona. Vosotros me habéis dado fuerza, habéis sido el viento que impulsó mis alas para volar más arriba, más lejos. Gracias a vosotros hoy soy más fuerte, y no podría estaros más agradecida.
En fin, sí, la muerte me aterra, me horroriza, me deja noches enteras sin dormir pensando en que habrá más allá, pero al menos, si aparece un día de repente, sin que me lo espere, no he dejado cosas sin decir, todo lo que tenía que contar lo he hecho. No sé si llegara a sus respectivos oyentes alguna vez, pero yo al menos estoy tranquila al pensar que me queda esta cuenta pendiente.
Normalmente, suelo citar los libros de Harry Potter de manera natural, pero probablemente nunca una cita resulte tan acertada para esto como aquella en la que Dumbledore le dice a Harry: "After all, to a well-organised mind, death is but the next great adventure". Y sí, en efecto, la muerte es la siguiente gran aventura tras la vida, y tarde o temprano todos acabaremos embarcándonos en ella, yo solo espero que mi aventura tarde un poquito más en llegar, ya que aún me queda mucho por vivir.

lunes, 25 de septiembre de 2017

Voces del Pasado

Una vez, hace ya algún tiempo, una persona muy sabia me dijo algo que jamás olvidaré. Estando yo en un estado de desesperación, habiendo dado las cosas por perdidas debido a la dificultad que se planteaba ante mi, esta persona me miró fijamente a los ojos y me dijo: "Lo difícil se hace, lo imposible se intenta."
En aquel momento no lo entendí, o mejor dicho no lo quise entender. En nuestro día a día es mucho más fácil quejarnos de la dificultad de algo y desistir antes de si quiera intentarlo, porque todo aquello que presenta algún tipo de dificultad nos da miedo, lo vemos demasiado lejano, inalcanzable, imposible. Pero no es así, esto es solo una traba que no estamos imponiendo a nosotros mismos. Si nos decimos que es imposible y ni siquiera lo intentamos, prefiriendo quedarnos con lo que pudo ser y no fue a intentarlo y fallar, porque el rechazo y el fracaso son demasiado, nos aterra. Sin embargo, si ni siquiera lo intentamos ya hemos perdido antes de comenzar, nuestros miedos  nos han llevado al desenlace que tanto nos asusta.
Es por eso que yo quiero aferrarme a esto que me fue dicho tantos años atrás, pienso enfrentarme a la vida paso a paso, sin pausa pero sin prisa, y voy a aferrarme a las oportunidades que se me den, sin cometer irracionalidades, siempre con la cabeza sobre los hombros y pensando las posibilidades sin "tirarme del avión sin paracaídas" (otro pequeño retazo de sabiduría que mi entrenadora inculcó en mi mente tantas veces hasta que comencé a hacerle caso).
Sí, es cierto, muchas veces el miedo nos puede y es tan fuerte que nos vemos incapaces de seguir, incapaces de decidir, pero eso no debe frenarnos. Las decisiones deben ser hechas, y muchas veces, si decidimos dejar a otros tomar el timón de nuestro barco puede que nos encontremos perdidos en un profundo mar del que no podemos salir y el cual no nos gusta. Yo cometí ese error una vez, y no pienso volver a hacerlo, esta vez soy yo quien lleva las riendas de mi vida, y nadie va a pararme, ya lo veréis.
Así que, una vez dicho todo esto cual es mi sugerencia, la lección que sacar de toda esta palabrería? Pues cual va a ser sino aquella que me dijeron a mí y que yo ahora os transmito a vosotros: "Lo difícil se hace, lo imposible se intenta."

viernes, 9 de junio de 2017

I'm asocial and that's not weird

I hate it so much when my own friends use peer pressure on me to hang out with people I don't know and I don't want to meet. I have creepling anxiety over meeting with people I don't know or having to stay alone with a strange. But of course that doesn't matter, of course, my problems are never important, I know it, I'm used to it, it has always been like that whith the people I know. Because not wanting to meet new people is a problem, is something nobody can fathom, of course, my mental health does not care, because I'm acting like an idiot. Yeah, I know, it's always like this, I'm the weirdo who does not want to go to clubs or meet with strangers. But I always have to give in, because it's just weird not doing it, because they are all doing it so why don't you do it? Don't be silly, you'll see you'll have an amazing time. No, I know I won' t have a good time, but I will go anyway, because that's what you all want from me, as always. Yes, I'm asocial, and yes, i know that's not the normal thing, but that doesn't mean I'm weird, I'm just different, and that's ok, I just... need some time for myself from time to time, and then I'll go back to the cheerfull girl I have always been, the one who goes to every party she is invited to, because I love my friends, and I'll do whatever for them, that's just how I am.

miércoles, 26 de abril de 2017

Living the Adventure

Adventures. Adventures are there to be felt, to be lived. Sometimes they turn out right, sometimes they turn out different than what we thought. However, even though some times it may feel we have chosen the wrong path, an adventure is an adventure, and the wrong path might turn into the right path towards a new and more exciting adventure. Nowadays, I have been lucky enough to be living my biggest adventure yet, the adventure of living in Korea for a whole semester with my friends. This is not my first adventure, and I am sure it is not my last, and I am sure as hell that I will embrace them when they will come. This is why I am writing this, to tell you that, if the opportunity comes and an adventure shows before you, do not falter, do it, go wherever it takes you and live it, live the adventure and enjoy it, because you will never forget it and it will go with you all your life. Moreover, what better moment than now? Go out and find your own adventure.

viernes, 14 de abril de 2017

Today I feel grateful

En este mundo, las oportunidades de vivir una aventura son bastante limitadas, y tengo que admitir que a la edad de 21 he tenido la gran suerte de participar en el increíble número de tres aventuras. En los ultimos cuatro años he podido visitar China dos veces y en estos momentos me encuentro viviendo en Corea durante cuatro meses como estudiante de la Kyung Hee University. Admito abiertamente que me siento inmensamente agradecida de las oportunidades que me ha ofrecido la vida y de haber tenido la suerte de poder tomarlas y embarcarme en todas estas aventuras que me ha ofrecido la vida. Estoy eternamente agradecida a mis padres por ser las personas que son y por quererme tanto como para permitirme irme tan lejos y por tanto tiempo. Les estoy eternamente agredecida por lo duro que han tenido y todavái tienen que trabajar a lo largo de su vida para que tnato mi hermano como yo podamos vivir la vida que llevamos y podamos llevar a cabo este tipo de caprichos que surgen a veces. Sin mis padres yo no sería quien soy ni habría podido hacer todo lo que he hecho, les debo tanto que, a pesar de que se que lo hacen incodicionalmente, siento que jamás podré devolverles todo el amor y cariño que me dan y todo lo que han hecho por mi todo este tiempo. Quiero a mis padres con toda mi alma y todo mi corazón, y jamás entenderé a las personas que se avergüenzan de sus padres solo por que les demuestran su amor en público, porque para mí, esa es la expresión de amor más pura y más real que jamás podrá sentir niguno de nosotros.
Esta experiencia que estoy viviendo en Corea, esta primera vez que me encuentro viviendo sin alguien responsable que decida o que cuide de mi, me ha hecho cambiar de ideas de muchas maneras, y, aunque ya sabía que mis padres me querían más que a nada, y yo ya les quería por encima de todo, siento que los sentimientos que en mi corazón residen han aumentado de manera considerable, siento que quiero más que nunca y que mi corazón está más lleno de amor de lo que nunca estuvo, y todo es por esa maravillosa familia que siempre ha estado ahí por mí, aguantando mis estupideces y mis errores. Siempre supe que tengo la mejor familia del mundo y que soy la chica más afortunada del mundo por tenerla, pero el increíble respeto que siento por ellos y el orgullo por pertenecer al mejor grupo de personas al que podía pertenecer crece en mí cada día y no pienso dejar que nunca pare.
También tengo la suerte de contar con un hermano con el que tal vez me pelee a menudo, pero que en los momentos importantes está ahí, que aunque yo pensara que si no  estuvieramos cerca dejaríamos de hablarnos tan a menudo, sigue mandandome mensajes y seguimos queriendonos igual, con nuestro extraño y conflictivo amor de hermanos. Puede que no siempre seamos los hermanos perfectos y que nos pongamos de los nervios el uno al otro a veces, pero en el fondo seguimos queriendonos, y le echo muchísimo de menos y me siento increíblemente orgullosa de sus logros (aunque lamento profundamente no poder celebrarlos con él)
En un principio no pensaba hablar de esto en esta entrada... pero parece que mi corazón ha decidido tomar las riendas por mi y contar todo lo que realmente necesitaba decir en algún sitio. Realmente necesitaba dejar esto escrito para la posteridad. Sé que ellos ya lo saben y no  necesitan que se los diga, pero, una vez más, lo tengo que decir. Os quiero, y siempre os querré. Pase lo que pase mi corazón no va a cambiar y siempre será así.

martes, 21 de febrero de 2017

That same old smell of a new book just opened

Libros. Muchos me preguntan que qué es lo que le veo a los libros, que por qué tanta obsesión, por qué tanta pasión. Sinceramente, no lo sé.
Mi relación con los libros data de hace tanto tiempo, que ni siquiera recuerdo en qué momento empezó, siempre me recuerdo con un libro en la mano y una sonrisa en la cara. Para mí, tener un libro significa felicidad. Se crea un cálido sentimiento en mi corazón que no sé cómo definir. Jamás podría explicar a alguien que no sabe lo que es leer, realmente leer, la emoción que te causa cuando el leer un libro nuevo que jamás has leído, o la ilusión de releer esos libros que parece que has olvidado, pero cuyas historias se mantienen en el fondo de tu corazón y que poco a poco vuelven a lo largo de la lectura.
A veces me siento como si los libro hubieran sido el único constante en mi vida. Pasara lo que pasara siempre ha habido un libro en mis manos o cerca de mí. Cuando he estado triste, cuando he estado contenta, cuando he estado lejos o simplemente, una de esas noches en las que, encerrada en mi habitación me he quedado hasta altas horas de la noche soñando despierta todas aquellas aventuras que mi libro me contaba.
Realmente, me encantaría ser escritora precisamente por esta razón. Me haría inmensamente feliz que una historia mía causara a una pequeña niña, igual que la que fui yo, tal emoción como pude sentir yo en su momento leyendo Memorias de Idhun, o Eragon, o Las Gallinas Locas. Quién sabe, a lo mejor algún día ese sueño se cumple, quizás algún día pueda ver el rostro sonriente de aunque sea una única niña que me da las gracias, porque gracias a mí ha encontrado a un compañero de vida, que a lo mejor olvida en unos días, o a lo mejor se queda en su corazón igual que muchos han quedado en el mío, y que algún día releerá con cariño, recordando los buenos momentos que pasó con ese libro. Tal vez eso no pase nunca, o tal vez pase antes de lo que me podría esperar. Pero una cosa tengo clara, hasta que llegue ese momento, siempre habrá un libro a mi lado que hará que la espera no sea tan larga.

lunes, 6 de febrero de 2017

Corea D-20

Miles de escalofríos recorren mi piel. Según se acerca el día, los nervios se vuelven cada vez mayores, y la sensación de pánico me envuelve. Corea es mi sueño, aquello por lo que he aguantado tres años sin quejas, sabiendo que este momento iba a llegar... Pero no puedo evitar sentir miedo. Nunca he estado tanto tiempo lejos de mi casa, cuatro meses no es mucho tiempo, pero a la vez es una eternidad. Corea está tan lejos...
Se que voy a echar de menos a mi familia lo que más, pero también está Marta, Pape, mis libros, mi cuarto, mi cama. Voy a sentir tanta morriña que va a doler. Puedo imaginarme el día de partida, las lágrimas, la tristeza, el miedo. No quiero irme, pero a la vez no puedo esperar a que llegue por fin el momento.
Sé que va a ser duro, muy duro, pero también sé que voy a pasar los mejores cuatro meses de mi vida. Las aventuras nos esperan, y no voy a estar sola, mis amigas, o al menos cinco de ellas, van a estar conmigo durante todo ese tiempo, compartiendo todos los buenos y los malos momentos que esten por llegar, y por eso estoy muy agradecida con la vida por garantizarme unas amigas tan maravillosas con las que poder compartir este sueño.
Soy asustadiza, introvertida, vergonzosa y dependiente. A lo mejor estas no son las mejores cualidades que puede uno tener para irse a vivir a un lugar tan lejano, desconocido y enorme como es Corea para mi, pero eso no va a detenerme en cumplir mi sueño. Los sueños están para cumplirlos y los momentos para vivirlos, y es por eso que voy a enfrentarme a la vida y voy a seguir adelante no importa los problemas que ponga en mi camino.
Poco a poco la princesa esta floreciendo y día a día se acerca más a la reina que desea ser, y es por eso que piensa continuar día a día y paso a paso hasta que el camino haya sido reorrido y por fin pueda colocar la corona sobre su cabeza y alzar la cabeza con orgullo.