martes, 21 de febrero de 2017

That same old smell of a new book just opened

Libros. Muchos me preguntan que qué es lo que le veo a los libros, que por qué tanta obsesión, por qué tanta pasión. Sinceramente, no lo sé.
Mi relación con los libros data de hace tanto tiempo, que ni siquiera recuerdo en qué momento empezó, siempre me recuerdo con un libro en la mano y una sonrisa en la cara. Para mí, tener un libro significa felicidad. Se crea un cálido sentimiento en mi corazón que no sé cómo definir. Jamás podría explicar a alguien que no sabe lo que es leer, realmente leer, la emoción que te causa cuando el leer un libro nuevo que jamás has leído, o la ilusión de releer esos libros que parece que has olvidado, pero cuyas historias se mantienen en el fondo de tu corazón y que poco a poco vuelven a lo largo de la lectura.
A veces me siento como si los libro hubieran sido el único constante en mi vida. Pasara lo que pasara siempre ha habido un libro en mis manos o cerca de mí. Cuando he estado triste, cuando he estado contenta, cuando he estado lejos o simplemente, una de esas noches en las que, encerrada en mi habitación me he quedado hasta altas horas de la noche soñando despierta todas aquellas aventuras que mi libro me contaba.
Realmente, me encantaría ser escritora precisamente por esta razón. Me haría inmensamente feliz que una historia mía causara a una pequeña niña, igual que la que fui yo, tal emoción como pude sentir yo en su momento leyendo Memorias de Idhun, o Eragon, o Las Gallinas Locas. Quién sabe, a lo mejor algún día ese sueño se cumple, quizás algún día pueda ver el rostro sonriente de aunque sea una única niña que me da las gracias, porque gracias a mí ha encontrado a un compañero de vida, que a lo mejor olvida en unos días, o a lo mejor se queda en su corazón igual que muchos han quedado en el mío, y que algún día releerá con cariño, recordando los buenos momentos que pasó con ese libro. Tal vez eso no pase nunca, o tal vez pase antes de lo que me podría esperar. Pero una cosa tengo clara, hasta que llegue ese momento, siempre habrá un libro a mi lado que hará que la espera no sea tan larga.

lunes, 6 de febrero de 2017

Corea D-20

Miles de escalofríos recorren mi piel. Según se acerca el día, los nervios se vuelven cada vez mayores, y la sensación de pánico me envuelve. Corea es mi sueño, aquello por lo que he aguantado tres años sin quejas, sabiendo que este momento iba a llegar... Pero no puedo evitar sentir miedo. Nunca he estado tanto tiempo lejos de mi casa, cuatro meses no es mucho tiempo, pero a la vez es una eternidad. Corea está tan lejos...
Se que voy a echar de menos a mi familia lo que más, pero también está Marta, Pape, mis libros, mi cuarto, mi cama. Voy a sentir tanta morriña que va a doler. Puedo imaginarme el día de partida, las lágrimas, la tristeza, el miedo. No quiero irme, pero a la vez no puedo esperar a que llegue por fin el momento.
Sé que va a ser duro, muy duro, pero también sé que voy a pasar los mejores cuatro meses de mi vida. Las aventuras nos esperan, y no voy a estar sola, mis amigas, o al menos cinco de ellas, van a estar conmigo durante todo ese tiempo, compartiendo todos los buenos y los malos momentos que esten por llegar, y por eso estoy muy agradecida con la vida por garantizarme unas amigas tan maravillosas con las que poder compartir este sueño.
Soy asustadiza, introvertida, vergonzosa y dependiente. A lo mejor estas no son las mejores cualidades que puede uno tener para irse a vivir a un lugar tan lejano, desconocido y enorme como es Corea para mi, pero eso no va a detenerme en cumplir mi sueño. Los sueños están para cumplirlos y los momentos para vivirlos, y es por eso que voy a enfrentarme a la vida y voy a seguir adelante no importa los problemas que ponga en mi camino.
Poco a poco la princesa esta floreciendo y día a día se acerca más a la reina que desea ser, y es por eso que piensa continuar día a día y paso a paso hasta que el camino haya sido reorrido y por fin pueda colocar la corona sobre su cabeza y alzar la cabeza con orgullo.